16.4.13

Encefalograma plano

El ser humano puede ser terriblemente oscuro. Nos resulta muy fácil dar de lado situaciones feas, incómodas o dolorosas. 
Desechamos todo lo que nos puede hacer sentir mal o lo toleramos demasiado bien hasta normalizarlo. Sólo volvemos a sentirlo de nuevo cuando podemos crear un vínculo, una conexión que nos haga vernos a nosotros mismos en esa situación. Ahí si, ahí si se revuelven nuestras entrañas. 
Somos egoístas e individualistas. Es lo fácil. Con ocuparnos de nosotros mismos tenemos bastante. Nuestra mentalidad colectiva en cuanto a problemas se refiere,a veces, tiene un encefalograma plano. 
Las muertes, guerras, asaltos, violaciones sólo realmente nos preocupan si de algún modo puede afectarnos. Y si ese no es el caso sólo hay una preocupación estándar, por la cual todo el mundo sabe que es algo malo pero que sin embargo forma parte del fondo de la realidad global.



Foto de Manu Brabo. Premio Pulitzer 2013.

En el fondo es bastante lógico, si nos alarmáramos de la misma forma por una violación en tu barrio que cuando ha habido otra violación en Oriente próximo o en San Quintín, no podríamos vivir ante tanta inmensidad de horrores que ocurren en el mundo. Tal cantidad de ansiedad nos mataría. Es un mecanismo de defensa y evolución. Las dos situaciones son igualmente monstruosas pero las dos no representan un peligro real para ti. Pero ese no es el problema.
El problema viene cuando informativamente una muerte o un asesinato de gente anónima no vale lo mismo. Si el objetivo es informar estamos muy desinformados. Si el objetivo es económico, político u otro, vamos bien. Pero eso es otra historia, y muy larga.







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